Se trata de un cuento escrito por
Luisa Aguilar, en el que se trata el tema del bullyng, un tema muy actual y por
desgracia muy extendido sobre todo en el ámbito escolar. Cuenta la historia de
una niña llamada Mara, que tenía unas orejas un poco más grandes de lo normal,
y que son consideradas como objeto de burla por la mayoría de niños de su
círculo cercano. Muchos niños acaban encerrándose en sí mismos al más mínimo
motivo de burla, pero no es el caso de nuestra protagonista. Mara acude a su
madre cuando es víctima de los insultos, y con una estupenda metáfora, hace que
su autoconfianza resurja de sus cenizas y se sienta preparada para hacerle
frente a todas las cosas negativas que, los niños, utilizan para burlarse
cruelmente de ella. Al final, consigue ver que las cosas no son como las ven
los demás sino como las quiera ver ella misma, ya que acaba asumiendo que cada
uno es como es y que la belleza no está en un físico sino en los ojos de quienes
saben mirar.
En el libro se da mucha importancia a
las ilustraciones, ya que de este modo, consigue crearles a los niños una
imagen de una realidad que algunos de ellos creen estar muy alejada, y que por
desgracia, está más cerca de lo que muchos creen, tanto en el papel de víctima,
como en el papel de agresor.
El lenguaje del libro se puede
clasificar como sencillo, muy directo, y además muy visual. Con ello, hace del
cuento tener la característica de una lectura fácil, potenciando así la lectura
del mismo por numerosos niños y consiguiendo la concienciación de una gran
mayoría de lectores.Esta concienciación se centra en la mitigación de este
error tan grave como es cometer este tipo de conductas.
Este tema del bullyng es un problema
muy serio que está afectando a numerosas personas, y que no solo les crea un
ambiente agrio y molesto, sino que también les crea problemas psicológicos que
arrastrarán toda su vida como complejos y desconfianza, así como baja
autoestima y un sentimiento de inferioridad frente a las demás personas que
conozcan. Es por todo ello que hay que cortar este problema de raíz,
directamente desde el foco del problema, mediante una concienciación, sobre
todo en edades tempranas para así interiorizarlo y asimilarlo. Ahora nosotros,
como papel de futuros docentes, es nuestro deber hacerle frente a este tipo de
conductas y mitigarlas, fomentando de esta manera un ambiente de progreso y de
mejora para todos y cada uno de los alumnos.
Fdo: Daniel Barroso
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